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miércoles, 16 de junio de 2021

Bundt cake charlotte de fresas

 

La receta de hoy es una receta muy especial para mí...

El pasado 30 de mayo fue el día de la madre en Francia, y la charlotte es uno de los postres favoritos de la mía. Para este día tan señalado, mi hermana le preparó a mi madre una charlotte de fresas, saltándose las restricciones de su diabetes por un día, y me recordó a mí esta receta tan maravillosa y tan sencilla, que se puede hacer todo el año, incluso tirando de fruta enlatada. Es un postre muy socorrido, fácil, y asequible para cualquier principiante en la cocina, con un resultado muy vistoso.


La forma del molde puede ser redonda, cuadrada, rectangular, con o sin agujero en el centro, siempre queda una tarta preciosa y bien rica.

Recuerdo, de pequeña, ver a mi madre preparar la charlotte en casa en un molde especial que usaba ella, que había comprado en una de estas reuniones de Tupperwaere que acogía en casa de vez en cuando, y le quedaba realmente impresionante. Era concretamente éste, pero en aquel entonces lo producían en blanco con tapitas transparentes. Me encantaba este molde... En los 90, estaba muy de moda usar moldes preformados para pasteles dulces y salados, y causaban sensación cuando se ponían en la mesa. Hoy se diría que es viejuno, pero yo lo recuerdo con mucho cariño. (Sí, mi obsesión por lo molde bonitos empezó muy joven, jeje...).



La charlotte es básicamente una tarta de bizcochos de soletilla ("boudoirs") empapados por fuera, con relleno de crema/nata y fruta. Teniendo esto en cuenta, se pueden hacer miles de variaciones, cambiando sabores y tipos de cremas.

El relleno puede ser incluso de crema pastelera o de ganache de chocolate, pero el más típico suele ser de nata endulzada montada bien firme (Chantilly). En esta ocasión, yo he optado por una crema que descubrí hace unos meses y que me tiene enamorada, por su sencillez, rapidez, sabor y textura firme y sedosa: la Camy Cream.

En cuanto a la fruta, siendo temporada de fresas, y teniendo en casa una deliciosa mermelada de fresas, arándanos y lavanda, he elegido hacerla así, pero se puede perfectamente usar cualquier fruta que no suelte mucho jugo. De hecho, usando melocotones o piña en almíbar, queda riquísima.

Ya tenía publicada una charlotte en el blog, que fue la tarta que elegí para el primer cumple de este blog, pero nunca la había preparado en uno de mis preciosos moldes para bundt cakes. Para esta versión, como guiño a la charlotte que hacía mi madre en su molde de Tupperwaere, he usado el molde Elegant Party de Nordic Ware, y no podéis negar que queda aún más vistosa... *_*

Os aviso de que es muy adictiva, y que, siendo 2 en casa, toda esta tarta que veis en las fotos, nos la zampamos entre los 2 en menos de 24h, ahí lo dejo...


Ingredientes (para un molde 10 cups):

250 g de bizcochitos de soletilla (2 cajas, 44 unidades)

2 vasos de leche*

500 g de mascarpone (muy frío)

250 g de nata para montar (mín. 32% materia grasa) (muy fría)

170 g de leche condensada (muy fría)

4 cucharadas de mermelada de fresa (en mi caso, casera de fresa y arándanos con lavanda)

2 o 3 fresas picaditas a daditos.


* o zumo de frutos rojos o el almíbar de la lata, en caso de fruta enlatada (se le puede añadir un chorrito de licor)


Receta:

Primero, prepara el relleno de crema.

Para ello, monta la nata con varillas y reserva en el frigo. Luego, bate el mascarpone con la leche condensada hasta integrar perfectamente, y agrega la nata en 2 o 3 tandas, incorporando suavemente en movimientos envolventes con una espátula.

Reserva en el frigo.

Ahora, ponte con la capa exterior de bizcochitos.

Prepara un plato hondo, pon la leche (necesitarás aproximadamente 2 vasos), o lo que quieras usar para empapar los bizcochitos (leche + almíbar o licor, sólo almíbar diluido con más agua, café sólo o con leche, cacao, té con o sin leche, etc.). Ve empapando los bizcochitos uno por uno en este líquido (dale 4 vueltas rápidas, no deben quedar demasiado blandos ni empapados, si no, luego soltará el excedente de jugo). Para que te hagas una idea, los bizcochitos deben seguir un poco firmes cuando los pongas en el molde, para no desmoronarse y seguir derechos mientras echas el relleno luego.

El molde no debe de ser engrasado, los bizcochos se disponen forrando directamente las paredes una vez empapados.

En este molde, que tiene una ligera curva, lo que hice fue dar una primera vuelta de bizcochitos cubriendo la pared exterior, y al terminar esta primera vuelta, presioné ligeramente cada bizcochito para ajustarlo a la curva del molde (los bizcochos van absorbiendo el líquido en el tiempo de dar la primera vuelta y se ponen más blandos, así que se doblan sin romperse tras este ratito).


Luego, hice lo mismo con la pared interior, dando una vuelta y presionando al terminar la vuelta. Intenta no dejar huecos grandes entre los bizcochos y juntarlos al máximo posible para no dejar al descubierto el relleno una vez desmoldado el pastel.

A continuación, rellena el interior hasta la mitad de altura con el relleno que tenías reservado en el frigo, con la ayuda de una cuchara sopera, tratando de presionar hacia el fondo y hacia las paredes, para no dejar ningún hueco sin rellenar. Con esta misma cuchara, forma un pequeño canal en el centro de la crema, para echar allí la mermelada y las fresas troceadas.

 

 

Cubre con el resto de crema, presionando para no dejar hueco.

(Si usas otra fruta y no usas mermelada, puedes simplemente ir alternando capas de crema y fruta picada, sin más).

Termina con una última capa de bizcochitos empapados. (No importa si no queda bonito, porque al darle la vuelta, no se verá).

 

Deja reposar tapado (con film o un lato bocabajo) en el frigo mínimo 2 horas, pero si lo hacéis de un día para otro, mejor.

Para desmoldar, basta con darle la vuelta sobre un plato, cae por su propio peso con mucha facilidad.

Por supuesto, al llevar nata, mascarpone y fruta fresca, se debe conservar en el frigorífico y no puede permanecer mucho tiempo a temperatura ambiente. Es mejor desmoldar y servir.

Ahora, sólo queda disfrutar de esta delicia...

Como véis, yo decoré un lado con un poco de mermelada y fresas frescas con azúcar glace, pero es totalmente opcional.

Os dejo babeando, y yo me voy a preparar más recetas fresquitas, que el verano está al caer...

Si os animáis, decidme qué os ha parecido.


miércoles, 31 de marzo de 2021

Bundt cakes de zanahoria "nidos de Pascua"


Este año, con la pequeña correteando por casa, intento celebrar cada ocasión especial con distintos elementos que me permitan enseñarle cada una de ellas de forma concreta y divertida.

Ya sea con libros, juegos, pinturas y dibujos, canciones, decoración o comida, cualquier excusa es buena para descubrir y aprender jugando.

La Pascua es una fiesta que se presta mucho a ello. Simboliza el fin del frío, la llegada de los días buenos y largos, y es una explosión de colores, flores, animales, que da mucho juego.
Por supuesto, la caza de huevos y figuras de chocolate es un incentivo indiscutible, no hay duda de ello.
Y mi ratoncita es una adicta total al chocolate, como sus papás...


Hace un par de días, puse la decoración de Pascua en casa, con mimosa fresca, conejitos, pollitos y huevos, y ahora tocaba ponerle el toque dulce.
Por supuesto, no podían faltar los bundt cakes, y su forma de nido es perfecta para ello.

Puesto que el carrot cake es uno de mis bizcochos favoritos, y que llevaba tiempo buscando LA receta perfecta (para mí) en formato bundt cake, me he puesto manos a la obra y hoy os traigo la versión definitiva.
Curiosamente, yo que soy pro mantequilla en los bundt cakes, porque les confiere una textura y un sabor muy característicos (que no se consigue con aceite), en esta ocasión, por cuestiones de densidad de masa, el aceite es la grasa que mejores resultados me ha dado.


Y ya que no usé mantequilla, pues ya decidí hacerlos sin lácteos, a prueba de intolerantes y alérgicos a la lactosa.
Mi veredicto ha sido ¡un sí rotundo!

Si sois fans como yo del carrot cake, probad esta versión de bundt cake, porque os va a encantar...


Ah, y si os gusta esta forma, el modelo de molde es el Bundlette Heritage de Nordic Ware, ideal para la forma de nido.
Y si os gustan estos moldes, aquí tenéis mi sección de recetas con fotos de (casi) todos los modelos que tengo, que me quedan unos cuantos por fotografiar...

Mirad qué ternura...
Me comía la media docena de una sentada...




Ingredientes (para un molde 5 cups):

Para el/los bizcocho/itos:
150 g de aceite de girasol (u otro aceite vegetal suave)
80 g de azúcar moreno (yo prefiero moscavado pero es al gusto)
2 huevos camperos
150 g de harina corriente
1 c.café (5 g) de levadura química (tipo Royal)
1/2 c.café de sal fina
1 c.café de canela molida
1/2 c.café de jengibre molido
1/4 c.café de nuez moscada molida
1/4 c.café de clavo molido
30 g de agua
1/2 c.café de extracto de vainilla
150 g (aprox. 2 hermosas) de zanahoria pelada y picada muy fino*
50 g de nueces pecanas tostadas y picadas (o nueces normales)

Para la cobertura:
80 g de queso de untar (preferiblemente Philadelphia normal)
25 g de azúcar glace
3 c.café (unos 10 g) de leche (puede ser vegetal, o incluso agua o ron, si os va la marcha...)
15 g de nueces pecanas tostadas y picadas
Huevos de chocolate al gusto


*Yo prefiero picar la zanahoria finita con la picadora que rallarla, me resulta mucho más agradable al comer el bizcocho.


Receta:

Primero, empieza por preparar todos los ingredientes:
  • Pésalos todos y deja que se atemperen (sobre todo los huevos).
  • Mezcla los ingredientes secos en un bol: harina, levadura, sal, y especias.
  • Pela y pica la zanahoria y las nueces.

Ahora, pon el horno a precalentar a 180 ºC, calor arriba y abajo y engrasa y enharina tu molde (o echa el spray desmoldante - en caso del spray desmoldante, se puede echar justo antes de verter la masa en el molde).

En una fuente grande (o el bol de tu robot de cocina), bate el aceite con el azúcar y los huevos, empezando bajito hasta incorporar y luego subiendo a velocidad más alta hasta que espume, tardará unos 3 minutos.


Baja la velocidad la mitad de la mezcla de ingredientes secos.

Cuando esté incorporada, agrega el agua y el extracto de vainilla.

Cuando estén incorporados, añade el resto de la mezcla de ingredientes secos.

Una vez todo bien integrado, apaga la batidora y comprueba que todo esté bien repartido mezclando un poco a mano con una espátula o cuchara.

Agrega la zanahoria y las nueces picadas y mezcla para repartir bien.

Vierte la masa en el molde engrasado. Cuando se trata de bundlettes, yo uso una cuchara medidora, de las para hacer bolas de helados. Son aproximadamente 3 cucharadas por cavidad.

Pon un trapo doblado en la encimera y golpea el molde contra ella para repartir bien la masa y evitar que se cuelen burbujas de aire dentro del bizcocho.

Hornea el/los bizcocho/itos a 180 ºC durante unos 25 minutos (comprueba la cocción pinchando con un palito).

Al cabo de este tiempo, saca el molde del horno y deja enfriar unos 15 minutos sobre una rejilla antes de desmoldar.

Para asegurarte de que está listo para desmoldar, tienes que mover el molde horizontalmente, si ves que el bizcocho se despega de las paredes del molde, está listo para darle la vuelta. En todo caso, verás cómo encoge el bizcocho y se despega él solo del molde.

Tras estos 15 minutos, desmóldalo sobre la rejilla.

Deja el/los bizcocho/itos enfriar totalmente antes de ponerles la cobertura. Si no la vas a poner enseguida, cubre el/los bizcocho/itos con film bien herméticamente hasta la hora de decorar/servir.

Para la cobertura, en un cuenco, mezcla con una cucharita el queso de untar con el azúcar glace, y una vez bien integrado, añade las cucharaditas de leche poco a poco hasta integrar. Si te gusta más líquido, puedes añadir más cucharaditas de líquido.
Puedes repartir la cobertura sobre los bizcochitos con una cucharita y extenderla (aspecto más "rústico"), o ayudarte de una manga pastelera (aspecto más "perfecto").
Finalmente, reparte las nueces pecanas encima de la cobertura de queso.
Si no los vais a comer ya, tenéis que conservarlos (con la cobertura) en el frigo, dentro de una caja hermética, dado que la crema de queso y leche no puede estar a temperatura ambiente mucho tiempo. Sólo tenéis que sacarlos del frigo 15 minutos antes para atemperar antes de comer.
Los huevos de chocolate, recomiendo ponerlos a la hora de servir, porque el chocolate no es muy amigo del frigorífico. No se ponen malos, pero blanquean y algunos huevos de chocolate tienen un lustre conservante que se puede reblandecer con la humedad del frigo.

Espero que os animéis estos días de fiesta, y si lo hacéis, ¡contadme qué os han parecido!

¡Felices Pascuas!


















lunes, 23 de julio de 2018

Mermelada de albaricoques


Amigos, 
estamos en pleno verano, 
es LA época de la fruta rica y madura, 
pero como bien sabemos, siempre se acaba demasiado pronto...

¿La solución?

Una mermelada rica, que os va a durar meses, y que podréis disfrutar todo el año, o regalar, o utilizar en postres, yogures, tostadas, pasteles, con la inmensa satisfacción de haberla hecho vosotr@s.
Me repito más que una abuela chocha pero, de verdad, ¡las mermeladas con facilísimas de preparar!
Con 4 ingredientes, unos ustensilios básicos de cocina y un mínimo de cuidado, podréis tener un dulce maravilloso que querréis volver a preparar.
El azúcar es un conservante y no hace falta meter tantos "ingredientes" extraños como en las mermeladas que se venden en el comercio y, aunque cada vez se ven más productos más naturales, como digo yo, como en casa en ningún lado.
El saber lo que lleva el producto que te comes no tiene precio, y comer sano es muy muy importante.
Y digo sano, que no es light, porque, obviamente, la mermelada tiene mucho azúcar y por mucho que se reduzca su proporción, no deja de ser azúcar, que si no se quema, engorda.

Pero oigan, a nadie le hace daño darse un capricho de vez en cuando, ¿verdad?
Así que hoy toca mermelada casera básica, de albaricoques sin más, con menos azúcar porque se usa fruta madura de temporada.


Habréis notado que tiene un color un poco más oscuro, que se debe al tipo de albaricoque usado (rojo) y al azúcar que he usado (de caña), pero eso es lo bonito de las mermeladas caseras, que no siempre salen del mismo sabor y color, por mucho que se siga la misma receta.


Hacía mucho tiempo que no publicaba una mermelada, pero si os interesa ver alguna más, tenéis aquí la lista de recetas por categorías y aquí todas la mermeladas.

En esta ocasión, decidí preparar esta mermelada por 3 motivos: 
el primero, porque vi en la frutería unos albaricoques con una pinta increíble y un precio aún mejor y no pude resistirme, lo que me llevó al segundo motivo, que es que tenia en mente preparar otra receta, de una tarta muy especial, que lleva mermelada de albaricoque, y era la excusa perfecta, y el tercer motivo es que ya estaba quedándome sin existencias de mermelada en casa, cosa que no puede ser porque es lo que utilizo para aromatizar mis yogures naturales y no pienso comprar ningún bote ya elaborado.

Así que estaba clarísimo, una mermelada de albaricoques iba a caer.
Yo ya tengo muy asimilado el proceso, después de tantas mermeladas, pero creo que no viene mal volver a poner algún paso a paso, para que veáis lo fácil que es prepararla...

Y no os preocupéis, que la tarta que acabo de mencionar estará pronto en el blog, sólo tengo que encontrara el tiempo de redactar la receta (y las muchas que quiero publicar este verano...).



Ingredientes (para 5 tarros de unos 250 g):
1350 g de albaricoques maduros (sin hueso serán unos 1250 g - ojo, no pochos, maduros)
1 manzana pequeña
el zumo de un limón.
600 g de azúcar (de caña)

Receta:
Primero, lava bien con un cepillo los albaricoques y sécalos con papel de cocina.

Trocéalos a daditos directamente en una fuente, conservando la piel pero desechando los huesos.
Añade el zumo de 1/2 limón.

Pela la manzana, quítale el corazón pero consérvalo junto con la piel.

En un filtro de té cerrado (metálico o de papel) o un gasa, pon las pieles y el corazón con las pipas).

Añade la manzana, el zumo del otro 1/2 limón y el azúcar.
 

Pon la bolita de té en la fuente también y mezcla bien.
Deja reposar tapado un par de hora, en el frigorífico.

Pasa la mezcla a una olla alta y pon a fuego alto hasta que rompa a hervir.

Entonces baja el fuego para que siga burbujeando suave y deja la mermelada cocerse durante una hora así, a fuego suave, removiendo cada 10 minutos para asegurarte de que no se pegue.
Al final de la cocción, estate pendiente porque se habrá evaporado mucho líquido y puede que se pegue, quizá tengas que remover más a menudo.

Mientras tanto, puedes poner agua a hervir y sumergir los botes y tapas en los que vayas a envasar la mermelada durante 5 minutos para dejarlos bien desinfectados. Escúrrelos bien, no importa si no están completamente secos, mejor eso que secarlos con un paño, que podría tener bacterias.

Al cabo de una hora de cocción, tritura con la batidora (este paso no es necesario pero para mí lo era para la receta de tarta que quería preparar, si os gusta la mermelada con trocitos, dejarla tal cual).

Con la ayuda de un cazo, vierte la mermelada en los botes, llénalos bien para dejar el menor aire posible, ponles las tapas y vuélcalos boca abajo para hacer el vacío.
Cuidado, la mermelada quema, es mejor manipularlos con manoplas o similar.

Cuando se hayan templado, ya puedes darles la vuelta.
Como mis mermeladas no tienen mucho azúcar, las suelo conservar en el frigo siempre, abiertas o no, y me duran meses. Eso sí, una vez abiertas, no conservan tanto como las comerciales, pero no debería ser ningún problema... :-)


Muy rica y natural, va muy bien en las tostadas con mantequilla, pero también con quesos frescos de vaca o cabra, con carnes blancas y rojas, patés, y tartas de queso.
Si no os he convenicido aún, igual esta cucharadita os anima...


¡Que tengáis buena semana!



viernes, 13 de julio de 2018

Gelatinas "cocardes" de frambuesas, leche de coco y moras


Ya los sabéis, mañana es día 14 de julio, fiesta nacional de Francia.
Casi todos los años, intento preparar algo especial para esta fecha, y este año, la celebración será doble...
No digo más, que mañana viene otra sorpresa...
:-)

Llevaba tiempo queriendo volver a preparar gelatinas individuales en formato bundlettes y, en esta ocasión, esta forma "Heritage" se prestaba especialmente bien a la idea que tenía en mente...
Quería hacer unas gelatinas de fruta natural, con los colores de la bandera francesa: azul, blanco y rojo.


En cuanto a la forma, por supuesto, tenía a ser una cocarde, símbolo de la república francesa.
Y el resultado ha quedado perfecto, ¡no os parece?


Si lo preferís, esta gelatina se puede hacer en un molde más grande para partir en porciones.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la receta está pensada para moldes tipo bundt cakes, más anchos por la base que por la parte de arriba (que viene siendo el fondo del molde).

Pero si vais a usar un molde estándar de bordes rectos y fondo desmoldable, entonces las cantidades serían iguales para cada capa: 4 hojas de gelatina // 50g de azúcar // 400 ml de leche de coco o 100 g de agua+300 g de frambuesas/moras.

Al no tener ni huevo ni lactosa, son perfectamente aptas para intolerantes e ideales para postres de verano cuando tengáis invitados, ya que se preparan con antelación.

Espero que os animéis, aunque no sea para el día nacional de Francia, ¡seguro que os encantan!


Ingredientes (para un molde bundlettes de 4-5 cups):
225 g de frambuesas
400 g de moras
400 ml de leche de coco
200 g de agua (75 + 125)
155 g de azúcar blanco (40 + 50 + 65)
12 hojas de gelatina neutra (3 + 4+ 5)

Para acompañar/decorar:
6 frambuesas

Receta:
Primero, engrasa tu molde con spray desmoldante (o mantequilla fundida, aceite...) y ponlo en el frigo.
Ahora, lava y seca la fruta en papel de cocina y pon las hojas de gelatina a hidratar.

Muele las frambuesas con 75 g de agua y 40 g de azúcar. Tamiza para eliminar las pipas y pon a calentar. Cuando hierva, apaga el fuego y echa 3 hojas de gelatina bien escurridas. Remueve para disolver bien la gelatina.
Reparte en las cavidades del molde hasta 1/3 de alto (yo me ayudo de una cuchara dosificadora, la de los helados). Vuelve a meter en el frigo y deja que cuaje completamente durante 1h.

Pon la leche de coco a calentar con 50 g de azúcar. Cuando hierva, apaga el fuego y echa 4 hojas de gelatina bien escurridas. Remueve para disolver bien la gelatina. Deja que se atempere.
Reparte en las cavidades del molde hasta 2/3 de alto (tras asegurarte de que la primera parte de frambuesas está bien cuajada). Vuelve a meter en el frigo y deja que cuaje completamente durante 1/2h (tarda menos porque el molde ya está bastante frío).

Muele las moras con 125 g de agua y 65 g de azúcar. Tamiza para eliminar las pipas y pon a calentar. Cuando hierva, apaga el fuego y echa las 5 hojas de gelatina restantes bien escurridas. Remueve para disolver bien la gelatina.
Reparte en las cavidades del molde hasta llenar completamente (tras asegurarte de que la segunda parte de leche de coco está bien cuajada). Vuelve a meter en el frigo y deja que cuaje completamente antes de servir.

Recomiendo no desmoldar antes del último momento ni preparar con más de 24h de antelación para evitar que se tiña de rojo la capa blanca.
Para desmoldar, es muy fácil si el molde ha sido bien engrasado, basta con despegar los filos presionando y tirando ligeramente con los dedos, se despegan solas.
Dar la vuelta sobre una placa o plato llano y ¡listo!


Aquí las veis sin la frambuesa en el centro, que también quedan bien, aunque la frambuesa roja "cierra" la cocarde por el centro:


Apetece, así, tan perfecta de cerca, ¿verdad?


Lo dicho, que mañana habrá otra sorpresa, estad atentos, que celebraremos este día como se merece...
¡Besos a tod@s!




domingo, 10 de junio de 2018

Cheesecake de aguacate, lima y té matcha



Tras mucho tiempo sin publicar, hoy os traigo una receta que os va a encantar...
Esta tartita ha sido todo un descubrimiento, una adaptación de esta magnífica receta de Belén (Cupcakes a Gogó), que pienso repetir y volver a versionar muchas veces.
Al prepararse sin horno, resulta muy cómoda y me ha parecido muy fácil de adaptar como receta base con otros sabores.
Lo que más me ha gustado, de hecho, es que se nota el aguacate pero de forma suave y equilibrada, y no tapa los demás sabores que se le pueda echar, que en mi caso, han sido lima, té matcha, cardamomo y un poco de chocolate negro.
Además, es de lo más cremosa...


Y aparte de tener un sabor y una textura increíbles, lo bueno que tiene esta tarta es que es sin huevo, de modo que los alérgicos pueden estar tranquilos, esta cheesecake la pueden comer sin miedo.
Para la decoración, he usado más té matcha en el borde y cacao puro en el centro, puesto con un stencil de pavo real, que me encanta, aunque la idea de Belén de decorar con flores y hojas queda también preciosa.
A mí me gustó el toque del cacao recordando las chispas de chocolate negro que introduje en la base de galletas, y le va de maravilla.


 La base de galletas de las cheesecakes es, desde mi punto de vista, tan importante como el relleno en sí.
Mis galletas favoritas son las speculoos y las galletas de avena.
Las galletas María no me convencen, tanto por su sabor (demasiado suave) ni por su textura (se humedecen demasiado rápido y no le dan el toque crujiente).
Por supuesto, la elección es muy personal y, en ocasiones, enriquecer la mezcla de galletas con algún fruto seco (avellanas, nueces o almendras) o trozos de chocolate, o incluso caramelo, pueden ser todo un acierto.
En este caso, como veis, he usado galletas de avena con chocolate y el resultado nos ha parecido muy acertado.


 Así que os dejo probar ideas y os doy mi versión ligeramente adaptada de esta cheesecake, esperando que os animéis...

Ingredientes (para un molde desmontable de 16 cm):
Para la base:
80 g de galletas de avena con chispas de chocolate negro (u de otro tipo, naturales, con naranja...)
25 g de mantequilla sin sal

Para el relleno:
160 g de aguacate (aprox. un aguacate grande o 2 pequeños)
190 g de queso de untar light
200 ml de nata para montar (35% m.g.) (bien fría)
4 hojas de gelatina
70 g de azúcar (en mi caso moreno)
1 c.café generosa de té matcha
3 semillas de cardamomo
1 lima

Para decorar:
té matcha
cacao puro en polvo

Receta:
En la picadora, tritura las galletas junto con la mantequilla hasta que se integren.
Cubre el fondo del molde desmontable con la mezcla (aplanando bien) y reserva en el frigorífico.
Pon las hojas de gelatina a hidratar en agua fría.
En la batidora de vaso (o en un bol hondo con la batidora de pie), tritura la carne del aguacate junto con al queso de untar, la nata y el azúcar hasta que quede todo bien integrado. Debería montar ya que la nata estará bien fría.
Coge parte de esta mezcla y ponla en un cazo. Añade la ralladura y el zumo de una lima y las semillas de cardamomo.
Cuando empiece a burbujear, añade el té matcha, mezcla bien y deja infusionar 2-3 minutos.
Agrega las hojas de gelatina, mezcla para disolver y sigue mezclando un par de minutos para que pierda temperatura.
Con la ayuda de un chino, cuela y vierte esta mezcla dentro de la otra mezcla que tienes en la batidora (o fuente honda).
Vuelve a dar unos golpes de batidora para integrar perfectamente y remueve con una cuchara o espátula para liberar todas las burbujas de aire que se puedan haber formado con el batido.
Vierte suavemente dentro del molde sobre el fondo de galleta y alisa la superficie con una espátula o el filo de un cuchillo.
Deja cuajar en el frigorífico al menos 3 h antes de desmoldar, mejor si es toda la noche.
Antes de desmoldar, yo paso un cuchillo de hoja lisa por todo el filo para asegurarme que se va a despegar perfectamente. 
Para decorar, puedes usar té matcha, flores, frutos secos, cacao...
Si la espolvoreas, recomiendo hacerlo antes de desmoldar para que quede más limpio, el resto de decoración una vez desmoldado.



El que quiera un trozo como éste, aquí tiene la receta.
;-P
¡Besos a tod@s!