lunes, 23 de julio de 2018

Mermelada de albaricoques


Amigos, 
estamos en pleno verano, 
es LA época de la fruta rica y madura, 
pero como bien sabemos, siempre se acaba demasiado pronto...

¿La solución?

Una mermelada rica, que os va a durar meses, y que podréis disfrutar todo el año, o regalar, o utilizar en postres, yogures, tostadas, pasteles, con la inmensa satisfacción de haberla hecho vosotr@s.
Me repito más que una abuela chocha pero, de verdad, ¡las mermeladas con facilísimas de preparar!
Con 4 ingredientes, unos ustensilios básicos de cocina y un mínimo de cuidado, podréis tener un dulce maravilloso que querréis volver a preparar.
El azúcar es un conservante y no hace falta meter tantos "ingredientes" extraños como en las mermeladas que se venden en el comercio y, aunque cada vez se ven más productos más naturales, como digo yo, como en casa en ningún lado.
El saber lo que lleva el producto que te comes no tiene precio, y comer sano es muy muy importante.
Y digo sano, que no es light, porque, obviamente, la mermelada tiene mucho azúcar y por mucho que se reduzca su proporción, no deja de ser azúcar, que si no se quema, engorda.

Pero oigan, a nadie le hace daño darse un capricho de vez en cuando, ¿verdad?
Así que hoy toca mermelada casera básica, de albaricoques sin más, con menos azúcar porque se usa fruta madura de temporada.


Habréis notado que tiene un color un poco más oscuro, que se debe al tipo de albaricoque usado (rojo) y al azúcar que he usado (de caña), pero eso es lo bonito de las mermeladas caseras, que no siempre salen del mismo sabor y color, por mucho que se siga la misma receta.


Hacía mucho tiempo que no publicaba una mermelada, pero si os interesa ver alguna más, tenéis aquí la lista de recetas por categorías y aquí todas la mermeladas.

En esta ocasión, decidí preparar esta mermelada por 3 motivos: 
el primero, porque vi en la frutería unos albaricoques con una pinta increíble y un precio aún mejor y no pude resistirme, lo que me llevó al segundo motivo, que es que tenia en mente preparar otra receta, de una tarta muy especial, que lleva mermelada de albaricoque, y era la excusa perfecta, y el tercer motivo es que ya estaba quedándome sin existencias de mermelada en casa, cosa que no puede ser porque es lo que utilizo para aromatizar mis yogures naturales y no pienso comprar ningún bote ya elaborado.

Así que estaba clarísimo, una mermelada de albaricoques iba a caer.
Yo ya tengo muy asimilado el proceso, después de tantas mermeladas, pero creo que no viene mal volver a poner algún paso a paso, para que veáis lo fácil que es prepararla...

Y no os preocupéis, que la tarta que acabo de mencionar estará pronto en el blog, sólo tengo que encontrara el tiempo de redactar la receta (y las muchas que quiero publicar este verano...).



Ingredientes (para 5 tarros de unos 250 g):
1350 g de albaricoques maduros (sin hueso serán unos 1250 g - ojo, no pochos, maduros)
1 manzana pequeña
el zumo de un limón.
600 g de azúcar (de caña)

Receta:
Primero, lava bien con un cepillo los albaricoques y sécalos con papel de cocina.

Trocéalos a daditos directamente en una fuente, conservando la piel pero desechando los huesos.
Añade el zumo de 1/2 limón.

Pela la manzana, quítale el corazón pero consérvalo junto con la piel.

En un filtro de té cerrado (metálico o de papel) o un gasa, pon las pieles y el corazón con las pipas).

Añade la manzana, el zumo del otro 1/2 limón y el azúcar.
 

Pon la bolita de té en la fuente también y mezcla bien.
Deja reposar tapado un par de hora, en el frigorífico.

Pasa la mezcla a una olla alta y pon a fuego alto hasta que rompa a hervir.

Entonces baja el fuego para que siga burbujeando suave y deja la mermelada cocerse durante una hora así, a fuego suave, removiendo cada 10 minutos para asegurarte de que no se pegue.
Al final de la cocción, estate pendiente porque se habrá evaporado mucho líquido y puede que se pegue, quizá tengas que remover más a menudo.

Mientras tanto, puedes poner agua a hervir y sumergir los botes y tapas en los que vayas a envasar la mermelada durante 5 minutos para dejarlos bien desinfectados. Escúrrelos bien, no importa si no están completamente secos, mejor eso que secarlos con un paño, que podría tener bacterias.

Al cabo de una hora de cocción, tritura con la batidora (este paso no es necesario pero para mí lo era para la receta de tarta que quería preparar, si os gusta la mermelada con trocitos, dejarla tal cual).

Con la ayuda de un cazo, vierte la mermelada en los botes, llénalos bien para dejar el menor aire posible, ponles las tapas y vuélcalos boca abajo para hacer el vacío.
Cuidado, la mermelada quema, es mejor manipularlos con manoplas o similar.

Cuando se hayan templado, ya puedes darles la vuelta.
Como mis mermeladas no tienen mucho azúcar, las suelo conservar en el frigo siempre, abiertas o no, y me duran meses. Eso sí, una vez abiertas, no conservan tanto como las comerciales, pero no debería ser ningún problema... :-)


Muy rica y natural, va muy bien en las tostadas con mantequilla, pero también con quesos frescos de vaca o cabra, con carnes blancas y rojas, patés, y tartas de queso.
Si no os he convenicido aún, igual esta cucharadita os anima...


¡Que tengáis buena semana!



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