lunes, 23 de noviembre de 2015

Cheesecake de calabaza, nueces y toffee


A estas alturas de la película, no os puedo engañar, reconozco claramente que soy una golosa, y más de dulce que de salado.
Ojo, que no le hago asco a una buena tostada con todas sus cosas o con su aceite de oliva rico pero vamos, que si quedo a desayunar, lo más normal es que me pida un trozaco de bizcocho o de tarta, de la más grande y esponjosa que se vea en el escaparate, así de claro.

Lo sé, lo sé, que no es nada sano, que son unas bombas calóricas, todo lo que queráis, pero ¿qué se le va a hacer?
Soy así y mientras me controle un poco y haga deporte, pues ese gustazo que me llevo pal'cuerpo, ¿verdad?

Bueno, pues, a veces, te surgen ocasiones que te permiten saltarte la dieta alegremente y preparar una buena tarta casera, de esas que te viene un dietista a casa y la tira por la ventana sin pestañear, y que cuando la comes notas el subidón de azúcar por tus venas, hasta se te dilatan la pupilas y todo, ¡jaja!
¿Sabéis a lo que me refiero?

Pues la tarta de hoy es de éstas.
La mires por donde la mires, es antidieta total.
No por ello está llena de porquerías, no. Es muy natural pero vamos, que después de comerla puedes tirarte dos días sin comer y no te mareas, ¡jeje!

¿El motivo?
¡#Elr3to!


¡Sí señores!
Bien entrado el otoño volvemos a la carga con una nueva edición del desafío que nos lanzamos Rosi, Marga y yo, y esta vez los ingredientes los hemos elegido entre las tres:
calabaza, nueces y yogur.

Estuve barajando varias opciones, incluidas saladas, pero la que más me llamaba la atención era una buena cheesecake, que es una apuesta segura y siempre deliciosa.

Y bueno, de unos ingredientes sanotes como la calabaza, las nueces y el yogur, salió esta bomba llenita de grasa y azúcar, riquísima como ella misma...
:-)


Ya conocéis mi pasión por las cheesecakes, que comparto con mi Rosi (he aquí la prueba), y espero que ella se anime a prepararla porque sé que le va a encantar, ¡al igual que a vosotr@s!


Teniendo puré de calabaza preparado, se hace en un abrir y cerrar de ojos y antes de daros cuenta, ya estáis con la tarta hecha.
¿Os animáis?


Ingredientes (para un molde desmontable de 20 cm de diámetro):
Para el fondo:
200 g de nueces (en mi caso, 70 g "normales", 130 g pecanas fritas con sal)
100 g de azúcar moreno
100 g de mantequilla
50 g de copos de avena

Para el relleno:
325 g de puré de calabaza (puedes asarla al horno 1 h a 150 ºC o cocerla al microondas troceada sin piel, en un fondo de agua y tapada, unos 10 minutos o hasta que la puedas machacar con un tenedor)
500 g de queso de untar (tipo Philadelphia)
125 g de yogur griego natural
125 g de azúcar
2 huevos
1 cc. de extracto de vanilla
30 g de Maizena
1 cc. de canela
1 cc. de 4 especias (proporción: 4 de canela por 1 de jengibre, 1 de anís y 1 de nuez moscada, todo en polvo)

Para la cobertura:
6 cs. de azúcar blanco
1 cs. de agua
150 ml de nata líquida
10 nueces pecanas para decorar (o más, al gusto)

Receta:
Pon el horno a precalentar a 160 ºC.
Envuelve tu molde desmontable (diám. 20 cm) por fuera con papel de aluminio para aislarlo bien (después lo pondremos al baño maría y no queremos que le entre agua).
Cubre el fondo del molde con papel de horno (pégalo al fondo con unas gotas de aceite o mantequilla para que no se mueva).

En la picadora, mezcla los ingredientes del fondo de tarta y tritura hasta obtener una mezcla fina y homogénea.
Extiende esta mezcla en el fondo del molde con la ayuda de una cuchara (es pegajosa, es normal).
Hornea unos 15 minutos (comprueba que no se dore mucho, que las nueces calientan muy rápido y se podrían quemar y amargar).

Mientras, prepara el relleno.
En la batidora de vaso (o en una fuente con la batidora de varillas a velocidad baja), mezcla el puré de calabaza, el yogur, los huevos y la vainilla (no batas mucho, lo justo para integrar pero que no entre mucho aire).
Añade el resto de ingredientes y bate de nuevo, sin pasarte para que no entre mucho aire.

Cuando saques el fondo de tarta del horno, vierte el relleno encima (yo suelo ayudarme de una cuchara y verter sobre la cuchara, sujetándola encima del fondo por si acaso, para no levantar el relleno al verter la mezcla).

Ahora, pon una fuente más ancha que tu molde en el horno (yo uso una tartera de 20 cm de diámetro), échale un buen fondo de agua y pon el molde dentro.
Hornea así al baño maría unos 50 minutos (si ves que se dora mucho la tarta, cúbrela con papel de aluminio mientras termine de hacerse).
Al cabo de los 50 minutos, apaga el horno y deja la tarta dentro unos 10 minutos.
Tras este tiempo, abre un poco la puerta del horno y deja que se enfríe totalmente dentro del horno con la puerta entreabierta (así evitarás que se raje la superficie de la tarta). Tardará varias horas.

Cuando esté fría, prepara el toffee.
He usado esta receta de Directo al Paladar.

A la hora de servir, desmolda la tarta con mucho cuidado (recomiendo pasarle un cuchillo por el filo para que se despegue bien y evitar deformar los bordes al desmoldar).
Vierte la salsa toffee encima y extiéndela con la ayuda de una cuchara.
Decora con nueces y ¡listo!



Queda muy tierna y esponjosa, y ¡la mezcla de las nueces saladas con el relleno dulce está mmmm... ¡riquísima!

A nosotros nos ha parecido que estaba aún más rica a los dos días de hacerla, quizá porque se habían asentado más los ingredientes, no sé.
En todo caso, eso os permite prepararla con antelación y eso siempre viene bien si la preparáis cuando tenéis prevista una visita.
;-)

Os dejo babeando mientras voy a cotillear qué han preparado mis compis con estos 3 nuevos ingredientes de otoño...

¡Besos a tod@s y buena semana!

6 comentarios :

  1. Me encantó este reto!! Ya vi los goffres de Rosi y ahora vine a ver tu receta, que seguro que liviana no es, pero para un día de invierno, un trocito con la lluvia cayendo y una taza de café al costado no hay quien se resista. Te felicito Aurélie, es una tarta genial!!

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    1. Es exactamente eso, Pamela. Con un café calentito por la tarde, es una delicia... ;-)
      Muchas gracias, un beso!

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  2. Yo soy firme defendora de darse caprichos como este de vez en cuando y de disfrutar del dulce sin remordimientos, siempre que sea dentro de una vida sana y equilibrada, que la vida al fin y al cabo está para disfrutarla ;). Además, no es tan pecaminosa esta tarta, aunque pueda parecerlo por la PINTAZA que tiene! En cuanto vuelva a asar calabaza repetiré tarta de queso usando tu receta, porque cuando probé la primera cheesecake con calabaza que hice me quedé totalmente enganchada. Qué pinta por dios!

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    1. Ay, sí, Liliana, ¡es brutal! De hecho, ahora quiero probar cheesecakes con más frutas, me imagino una de plátano y chocolate y me derrito... :-)
      Sobre los caprichos, emmm, digamos que últimamente me estoy pasando un poquito pero como bien dices, si compensas con deporte y otras comidas más equilibradas, creo que no es para tanto, más si los dulces son caseros y sabes lo que llevan.
      Espero que esta cheesecake te guste. El fondo es muy particular, el crujiente lo da el azúcar, ya verás ;-)
      ¡Un besito y mil gracias por tu visita, como siempre es un placer verte por aquí!

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  3. hermanita, hermanita, estás que te sales con las tartas y demás... que sepas que estoy babeando desde que vi esta. las tartas de queso me enloquecen, y si son de calabaza, ya muero de amor!
    estupendísima, sis!!

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    1. Ains, mi sis, si supieras lo que está al caer... ¡te mueres! :-)))
      Me alegro de que te guste, pruébala, te vas a enamorar... ;-)
      Un besote, soleteeee!!

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