Confitura de cebolla

Hace unas semanas, compré un saco de cebolla y, con el calor del verano, se me estaban estropeando muy rápido.

Pensando en qué podía hacer con ella, me acordé de la confitura de cebolla, que tanto me gusta para acompañar el foie en Navidades.

Obviamente, Navidad queda muy lejos aún pero me ha hecho darme cuenta de que esta confitura combina realmente con todo, sea la temporada que sea.

Es perfecta para acompañar quesos, patés, foie, atún o simplemente un bocadillo de pechuga de pollo.

Y eso ahora en verano se agradece. Porque no sé vosotros, pero a mí, con el calor, me apetece más bien poco cocinar... Suelo comer ensaladas, sopas frías y bocadillos rápidos.

Ya veréis, si la probáis, se convertirá en unos de vuestros mejores aliados de los aperitivos con amigos.

Se prepara en un pis-pás, con 5 ingredientes básicos que todos tenemos a mano, y está realmente deliciosa, incluso diría que adictiva.

Ingredientes para (3 tarros de unos 200-250 g):

1,2 kg de cebolla

200 g de azúcar

125 ml de vinagre balsámico

aceite de oliva

sal

Receta:

Pela y pica la cebolla.

En un poco de aceite (como para cubrir el fondo de la olla), ponla a pochar a fuego medio/bajo con 2-3 pizcas generosas de sal gorda.

Cuando haya pochado, agrega el azúcar y el vinagre.

Cuece 10 minutos a fuego fuerte.

Baja el fuego y cuece 45 minutos o hasta que el líquido se haya evaporado (en los últimos 15 minutos, vigila más de cerca, dándole vueltas para que no se pegue a la olla).

Pasa a unos botes bien limpios, que puedes poner al baño María para que conserve más tiempo o simplemente darles la vuelta hasta que enfríen.

Espero que os animéis, no os arrepentiréis, ¡palabrita!

Nos vemos el viernes con una entrada muy especial...