miércoles, 9 de diciembre de 2015

Tarta intensa de chocolate, almendras y avellanas


¡Me encantan las semanas con festivos en medio!
Con un día libre entre semana, el resto se hace más llevadero, ¿verdad?

Yo ya estoy a tope con la Navidad, y varios dulces navideños irán viendo la luz por aquí ya desde la próxima entrada, pero no podía dejar de publicar esta receta ya, está demasiado buena para esperar...

Eso sí, desde hoy ya queda inaugurada la temporada navideña en el blog.
Aquí a la derecha, en la sección "De temporada" y en la imagen "Recetas de Navidad", encontraréis una selección de platos, dulces y otras maravillas especiales para la Navidad.
¡Espero que os inspire y os dé muchas ideas...!

Ahora, "LA" tarta...
No sé vosotros pero a mí, a veces, mi cuerpo me pide chocolate.
Sí, sí, chocolate.
No es que me pida dulce, no. Me pide CHO-CO-LA-TE.

Estoy convencida de que no es casualidad, creo que cuando nos da un bajón de energía o de ánimos, necesitamos más magnesio y automáticamente nuestro cerebro envía señales para que se nos despierte la zona del cerebro dedicada a los antojos.
¿No os parece que mi razonamiento se sostiene?

Ojo, que cualquier excusa es buena para comer chocolate, eh.
Pero hay momentos en los que es necesario.
Y yo no soy quien para impedirle a mi cuerpo ingerir lo que realmente necesita, ¿verdad?

¿Que es la peor excusa que hayáis oído jamás junto con el "yo no he sido"?
Emmmm, tuituituitui... ¡Pasopalabra!
:-)

No, en serio, el chocolate es una maravilla en todas sus formas, texturas y colores.
Yo no le hago asco a ninguno, aunque reconozco que no soy muy purista y que el que más me gusta es con leche o blanco.

La receta de hoy es mi definición de la tarta de chocolate perfecta.
Ya sé que después del entremets de mousse de chocolate que publiqué el domingo es difícil decir eso pero lo digo, con toda la cara dura, sí.
:-)
No es por poneros los dientes largos pero, de verdad, tanto si os gusta el chocolate intenso como un poco menos, esta tarta os encantará.
Siendo el chocolate negro el que predomina, la combinación con los frutos secos en el fondo y en la cobertura le da el contrapunto y la hace ideal tanto para chocadictos como para simples amantes del chocolate como yo.


Además, es muy fácil y rápida de preparar, ¡y más aún de devorar!
Es un auténtico peligro, no digáis que no os avisé...
Somos dos en casa y en un día ya no hablábamos de la tarta...

Y con un cafelito, ni os cuento...


Fondo quebradizo de "pâte sucrée chocolatée", relleno untuoso y sedoso de "ganache au chocolat" y tropezones de almendras, avellanas y chocolate blanco...
¿Acaso puede no gustarle a alguien esta combinación?


Ingredientes:
Para el fondo:
120 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
90 g de azúcar glace
1 pizca de sal
1 huevo (campero)
180 g de harina
20 g de cacao puro (Valor)
60 g de avellanas y almendras en polvo (30/30)

Para el relleno:
200 g de chocolate negro para postres (Valor)
200 ml de nata para montar (35% m.g.)
50 de mantequilla

Para decorar:
un puñado de almendras laminadas tostadas
1 puñado de avellanas tostadas
unas onzas de chocolate blanco (o negro, con leche, ¡al gusto!)


Receta:
El fondo se puede elaborar a mano o con la picadora.
A mí la picadora me resulta muy comoda y rápida, así que es la que uso yo.
A mano, se sigue exactamente el mismo orden, mezclando con la mano para integrar todos los ingredientes.

En la picadora, pon la mantequilla y tritura hasta que quede cremosa (1-2 minutos).
Añade el azúcar y la sal y tritura de nuevo, hasta integrar.
Agrega el huevo y tritura hasta integrar.
Termina con los ingredientes secos y tritura hasta que la masa quede homogénea.
Sácala de la picadora, forma una bola y envuélvela en film.
Ponla en el frigorífico para que repose una hora.

Al cabo de este tiempo, enciende el horno a 170 ºC.
Cuando saques la masa, estírala con el rodillo entre dos hojas de papel de horno.
Pásala al molde (si no es antiadherente, engrásalo y enharínalo), recorta los bordes. Pincha toda la superficie con un tenedor y vuelve a meter en el frigo 10 minutos.
Sácala y cúbrela con papel de horno y con legumbres para que no leve la masa en el horno.
Hornea 15 minutos, calor arriba y abajo (al cabo de este tiempo, sácala y quita las legumbres y el papel de horno, para ver si está bien hecha o si necesita estar unos minutos más en el horno).
Déjala enfriar a temperatura ambiente.

Cuando esté fría, prepara el relleno.
En un cazo, pon la nata a hervir. Cuando hierva, apaga el fuego, añade el chocolate troceado y la mantequilla y mezcla hasta que esté todo fundido.
Vierte encima del fondo de tarta.
Decora con las láminas de almendras y las avellanas troceadas, así como con trozos de chocolate (blanco, negro, con leche...) cortados gruesamente.
Deja enfriar y ¡listo para degustar!

¿Un trocito?
*_* 




Espero no haberos dejado deshidratados de tanto salivar...
;-)

¡Probadla! Ya veréis como no miento...

¡Besos a tod@s y disfrutad de lo que queda de la semana!
Ya huele a Navidad...


2 comentarios :

  1. Totalmente cierto, el cuerpo NECESITA chocolate a veces.... por eso yo me pongo nerviosa si no me queda en casa, jajaja. Y los días más fríos y cuando estoy cansada, me gusta tomarme antes de ir a la cama una taza de leche vegetal calentita con cacao puro, sin echar nada de azúcar, tiene un efecto terapéutico.
    Aunque no me importaría nada cambiarla por un pedazo de tu tarta, madre mía. Chocolate negro y frutos secos, ¡me encanta esa combinación!

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    Respuestas
    1. Ya te digo, la combinación perfecta! :-)
      Lo de tu taza de chocolate, no es mala idea, me estoy imaginando leche de coco con cacao y se me encienden los ojos, jeje!!
      Ahora, yo mejor no tengo chocolate en casa, no soy capaz de resistirme... Llevamos dos semanas con los Ferrero Rocher y Lindor que no veas, jaja!
      En fin, a ver cuántos kilos tenemos que volver a perder después de Navidad. :-)
      Un besito y buen día!!

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