domingo, 19 de julio de 2015

Mermelada de albaricoque y melocotón a la vainilla


Tengo un problema...
Bueno, dos problemas...

El primero es que cuando veo la palabras "rebajas", me vuelvo un poco loca... Es más, hasta las espero con ansia para ir a buscar gangas y ofertas de cosas que no me atrevería a comprar en otras épocas del año. Lo bueno, es que soy bastante razonable y no suelo comprar muchas cosas fuera de la temporada de rebajas. Además, siempre intento aprovechar para comprar cosas que tenía pensado comprar o que necesito por cualquier motivo: prendas o herramientas que en algún momento he echado en falta y que no me he comprado porque me parecían caras.
De hecho, cuando estoy en las tiendas, muchas veces pienso "¿de verdad eso te hace falta?" y en muchas ocasiones, esta pregunta me lleva a dejar el artículo donde estaba y no comprarlo.

Eso sí, soy de las que opinan que las rebajas son para comprar piezas especiales, cosas bonitas y de más valor que no te podrías permitir en otro momento. A mí me parece ridículo ir a las rebajas de las tiendas más baratas a comprarme una camiseta de 5€ rebajada a 2€, no le veo el sentido, porque, por este precio, ni al precio normal tendrás calidad.
Igual suena un poco prepotente pero lo que quiero decir es que, en nuestra gran mayoría, somos parte de una sociedad consumista, y me incluyo la primera, y que, puestos a comprar algo, mejor que sea de calidad y te dure más, y que sea fabricado en condiciones laborales sostenibles o en países que no explotan a sus trabajadores (cosa que es muy muy difícil hoy en día, incluso con las grandes marcas...) y eso nos lleva a adquirir cosas superfluas y a veces inútiles.

Y bueno, mi segundo "problema" es que me gustan las cosas bonitas...
Pensaréis que eso no es un problema, más bien lo contrario, pero es que cuando veo un objeto bonito, un trabajo bien hecho, me entran unas ganas tremendas de comprarlo.
Eso me plantea dos dilemas: uno, "¿te puedes permitir comprar eso? y dos, "dónde vas a meter otro chisme de esos?", seguro que os suena de algo lo que os estoy contando...
:-)

Total, que cuando vi que MegaSilvita tenía rebajas en productos de Greengate, fui corriendo a ver si tenía en venta estos productos que ya tenía fichados pero que no me había atrevido a comprar porque me daba mucho remordimiento gastarme un dineral en objetos...
Seré consumista pero también soy persona, con unos ingresos muy limitados y un cerebro que me dice que, en el fondo, no necesito tantas cosas, ¡jeje!
Peeeero, las rebajas son la excusa perfecta para darme los caprichos que no me doy en otros momentos.
Y allí, en la Web de MegaSilvita estaban mis productos deseados, mi tetera y los vasitos de flores, mi tabla de cerámica, toooodas estas cositas taaaan monas que hace esta marca que me encante...
Y claro, no pude resistirme...
Me di el capricho y aquí tenéis mis adquisiciones, envolviendo de belleza mis desayunos felices en casa, con sus florecitas y sus colores pasteles, ¡me encantan!

Porque hay una cosa de la que me he dado cuenta desde que trabajo en casa:
el desayuno es fundamental en mi día a día.
Si me tomo el tiempo de disfrutar de un buen desayuno, sano, colorido, variado, equilibrado, con tiempo y bien presentado, luego el día me va mejor.
Me da energía y buen rollo para toda la jornada, ¡es tremendo!

Es una cosa que antes no podía hacer: me iba a trabajar con el estómago vacío y me tomaba un café con algún bollo delante de mi pantalla en la oficina y eso es lo peor que uno puede hacer.
Aparte de ser una señal evidente de estrés y sobrecarga de trabajo, el cuerpo mismo no lo asimila bien. El engullir rápido todo hace que las digestiones sean pesadas y encima no te enteras de que has comido y, al rato, tienes hambre otra vez. Sin mencionar la de kilos que se ponen comiendo bollos sentada en una silla todo el día...
En fin, que hay que desayunar bien y tranquilamente, señores.
Ese es mi consejo del día. ;-)

Y ahora, no voy a daros más la brasa con mis historias, vamos a ir a lo realmente interesante de la entrada de hoy: LA mermelada.


Creo que las fotos hablan por sí mismas pero por si acaso, os lo confirmo: esta mermelada entra en mi top 5 de mermeladas caseras, es una auténtica maravilla...

Tengo muchas mermeladas publicadas pero ésta es una joyita.
Combina con dulce y salado, quesos, ensaladas, atún, anchoas, pavo, pollo, carne roja, yogur... ¡Todo!

Es importante usar fruta de temporada, madura, y se puede variar la proporción de albaricoques y melocotón.
Usando fruta madura, no recomiendo echar más azúcar porque resultaría muy empalagosa.
La idea es poner un poquito más de azúcar que la tercera parte del peso de fruta entera (con hueso).

Aunque no tenga mucho misterio, os cuento cómo se prepara...

Ingredientes (para 4 tarros de unos 250 g):
575 g de albaricoques
330 g de melocotón (en mi caso, amarillo)
340 g de azúcar
1 vaina de vainilla

Receta:
Primero, lava bien con un cepillo los albaricoques y los melocotones y sécalos con papel de cocina.
Trocéalos a daditos pequeños directamente en la olla, conservando la piel pero desechando los huesos.
Abre la vaina de vainilla y raspa los granitos de dentro. Echa la vaina y los granitos a la olla.
Añade el azúcar, mezcla bien todo y pon a fuego alto hasta que rompa a hervir.
Entonces baja el fuego para que siga burbujeando suave y deja la mermelada cocerse durante una hora así, a fuego suave, removiendo cada 10 minutos para asegurarte de que no se pegue.
Al final de la cocción, estate pendiente porque se habrá evaporado mucho líquido y puede que se pegue, quizá tengas que remover más a menudo.
Introduce en los botes bien limpios y secos, llénalos bien para dejar el menor aire posible, ponles las tapas y vuélcalos boca abajo para hacer el vacío.
Cuando se hayan templado, ya puedes darles la vuelta.
Como mis mermeladas no tienen mucho azúcar, las suelo conservar en el frigo siempre, abiertas o no, y me duran meses y meses. Eso sí, una vez abiertas, no conservan tanto como las comerciales, pero no creo que os duren tanto... :-)




En una tostada con queso tierno de cabra está ¡riquísima!

Aprovechad ahora que esta fruta es de temporada y preparad mermelada y conservas.
Os durarás meses y podréis disfrutar de ella más tiempo.

Disfrutad del día, de la semana y para los suertudos que están de vacaciones, ¡pasadlo bien!
¡Besos a tod@s!



2 comentarios :

  1. Yo cada vez paso más de las rebajas, entre la pereza que me da ir de compras y que luego no encuentro ni una talla... Este año sólo un pantalón y una camiseta, porque necesitaba renovar un par de prendas en el armario, y nada más. También opino que hay que comprar lo que haga falta y no sólo lanzarnos "porque está baratísimo". Y claro que sí aprovechar para invertir en calidad de verdad, cuando se puede.
    También reconozco ir más al menaje de cocina en rebajas que a la ropa, aunque el poco espacio de casa ha hecho que me corte muchísimo últimamente. Ah, me encantan tus compras de Greengate, es una de mis marcas favoritas!

    Qué pinta tan rica la mermelada, yo a la de albaricoque también le pongo vainila de verdad y queda deliciosa :)

    Un abrazo

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    1. Ayyy, Liliana, que de cosas tenemos en común!! Eso tenemos que hablarlo en persona con un té o un café en mano, ¿no te parece? Así comentamos técnicas de mermeladas, panes y otras delicias. Y nos ponemos los dientes largos con las cosas preciosas de Greengate que no podemos tener, jeje!
      Ah, y la vainilla, tú sí que sabes. Yo no podría vivir sin vainilla. Bueno, sí, pero le faltaría algo a mi vida, JAJAJAA!! ;-)
      Un besito!

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