Mermelada de calabaza y mandarina a la vainilla

Sé que todos estáis ya con la fiebre de la Navidad, que ya apetecen recetas especiales para las fiestas, y por eso os he preparado este súper Recetario de Navidad, que podéis consultar pinchando en la imagen de la barra lateral derecha.

¿Ah que os cuido muy bien? ¡Jiji!

Pero yo aún sigo con mis calabazas de Halloween, tan bonitas y grande, ¡y ricas!

Así que claro, las tendré que usar, ¿no?

:-)

Total, que tras haber preparado esta deliciosa calabaza rellena y esta rica crema de calabaza, he decidido variar y preparar algo dulce, una mermelada diferente...

¿El resultado? ¡Increíble!

Se notan cada uno de los sabores, tanto la calabaza como la mandarina y la vainilla, ¡me ha encantado!

Os recomiendo que la probéis, os va a sorprender y conquistar...

Si encima la tomáis con un pan casero como el de las fotos, ¡ya es la gloria bendita!

¿Os he convencido?

Pues venga, vamos con la receta...

Ingredientes:

580 g de calabaza pelada y sin pepitas (750 g aprox. entera)

5 mandarinas (370 g peladas + la ralladura de dos de ellas, o sea unos 450-500 g enteras)

1 vaina de vainilla

el zumo de un limón

400 g de azúcar blanco

Receta:

Primero, prepara todos los ingredientes: 

• ralla la cáscara de 2 mandarinas, pélalas todas
• pela la calabaza, quítale las pepitas y córtala a daditos muy pequeños
• exprime el limón
• abre la vaina de vainilla y raspa los granitos de dentro

Pon todo en una olla.

 Añade el azúcar, mezcla y pon a fuego alto, medio tapado, unos 20-30 minutos, hasta que la calabaza esté cocida (comprueba que puedas romper los dados de calabaza aplastándolos con un tenedor).

Entonces apaga el fuego y deja reposar destapado unos 20-30 minutos, que se temple.
Tritura con la batidora (el punto de molido es al gusto, a mí me gusta que queden trocitos de fruta pero a cada uno...)
Vuelve a poner a fuego fuerte 5 minutos, destapado y removiendo sin parar para que no se pegue.
Tiene que quedar con poco jugo y espeso pero no mucho, porque al enfriarse espesará un poco más.
Introduce en los botes, ponles las tapa y vuélcalos del revés para hacer el vacío:

Cuando se hayan templado, ya puedes darles la vuelta.

Como mis mermeladas no tienen mucho azúcar, las suelo conservar en el frigo siempre, abiertas o no, y me duran meses y meses. Eso sí, una vez abiertas, no conservan tanto como las comerciales, ¡¡pero están tan ricas que vueltan!! :-) 

Pan casero, queso fresco de untar y mermelada, con un cafelito, ¡el desayuno perfecto!

Espero que la probéis, ya me contaréis qué tal...

¡Buena semana a tod@s!