Tartaletas merengadas de cítricos

No es ninguna novedad que os diga que me encantan los postres con frutas.

Y si son cítricos, ¡más aún!

Unas de mis recetas favoritas es este bundt cake de limón y semillas de amapola.

Y ahora que estamos al final de la temporada de cítricos, he aprovechado para preparar esta receta que los combina todos.

Estas tartaletas además reúnen tres componentes perfectos en sí: mi masa dulce quebrada infalible, una crema de cítricos deliciosa y un suave merengue italiano tostado con soplete, ¡ñam!

El resultado no podía ser otro que éste, unas tartaletas de muerte lenta y sabrosa...

Ingredientes:

Para el fondo de masa:

250 g de harina
125 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
1 huevo
100 g azúcar blanco

Para la crema de cítricos:
320 g de azúcar blanco
4 huevos
100 g de mantequilla sin sal
1 pomelo
2 limas
1 naranja
1 limón
1 mandarina

Para el merengue:
75 g de azúcar blanco
70 g de agua
2 claras de huevo

Receta:
El día anterior, prepara la crema de cítricos.
Para ello, ralla la cáscara y exprime todos los cítricos.
Mezcla las cáscaras y los zumos con el azúcar y los huevos.
Lleva esta mezcla a fuego suave en una cazuela sin dejar de remover hasta que espese (unos 30 minutos).
No dejes de remover porque si no, podría hacerse tortilla.
Tras este tiempo, aparta del fuego y añade la mantequilla en trozos. Remueve hasta incorporar bien.
Pasa a un cuenco, tapa con film en contacto directo con la superficie y deja enfriar primero a temperatura ambiente y luego en el frigo.

Al día siguiente, prepara la masa.
Para ello, en una fuente, mezcla la harina, el azúcar y la mantequilla en daditos con la mano. Se formará una arenilla. Crea un volcán en el centro y echa el huevo en el hueco.
Ve amasando con la mano hasta incorporar.
Forma una bola, envuélvela en film y deja reposar 30 minutos/1 h en el frigo.
Tras este tiempo, sácala y estírala entre dos hojas de papel de horno o film y un rodillo.
Con la ayuda de un aro, recorta círculos de masa del tamaño de tus moldes. Cúbrelos con mantequilla y fórralos con los círculos de masa.

Si quieres, dibuja con los dedos unas ondas en el borde.

Precalienta el horno a 200 ºC.
Pincha los fondos de masa.

Hornea durante media hora, teniendo cuidado que no leve o burbujee en el horno.
Para ello, hay dos opciones:
La primera, cubrirlas con papel de horno y legumbres que pesen e impidan que la masa leve en el horno.
La segunda, que es la que suelo seguir, es ir vigilando durante la cocción. Cuando veo una burbuja, la pincho con un cuchillo y la bajo con una cuchara.

Ahora, para el merengue, pon al fuego el azúcar con el agua. Comprueba que hierve por igual en todo el fondo del cazo. IMPORTANTE: no mezcles con ningún ustensilio, deja que burbujee tal cual, a fuego medio (si ves que hierve muy fuerte, baja un poco el fuego).
Verás que irá espesando.
No debe caramelizar ni cristalizar, déjalo hervir, tardará como 10 minutos en espesar una vez rompa a hervir.

Mientras tanto, bate las claras de huevo con una pizca de sal hasta que espesen pero que no lleguen a ser tan firme como a punto de nieve.

Cuando esté el almíbar, empieza a batir las claras de nuevo y ve echando el almíbar en hilillo en el borde sin tocar las varillas de la batidora.

Sigue batiendo hasta que el merengue sea firme.

Pásalo a una manga pastelera.

Yo le puse una boquilla pero eso es al gusto.

Ve rellenando las tartaletas con la crema de cítricos.

Decora con el merengue.

Para dorarlas, puedes usar el soplete o si no, darles un golpe de horno tras haberlo calentado en modo grill a máxima temperatura y poniendo las tartaletas justo debajo del grill.

Estas tartaletas conservan hasta dos días a temperatura ambiente, bien aisladas del aire (en fuentes tapadas con film, por ejemplo.

Ahora, sólo queda disfrutar...

¿Acaso no os parecen irresistibles?