lunes, 6 de agosto de 2018

Tarta de frangipane y albaricoque estilo "Lotus"


Muchos de vosotros asociáis la marca belga Lotus con las famosas galletas speculoos "biscoff" pero ¡hacen muuuuchas más cosas!
Sus gofres de Lieja con trozos de azúcar perlado o cubiertos de chocolate negro son de las dulce para la merienda que en mi casa volaban antes de entrar por la puerta...
Y otra cosa que también volaba, y a la que le hacíamos una fiesta, eran las tartaletas de frangipane.

Este recuerdo de mi infancia es algo que nunca se me olvidará, os prometo que era mordarlas y no querer que se terminase nunca...

El otro día, me acordé de ellas y pensé que debería intentar preparar algo parecido.
Soy perfectamente consciente de la bomba calórica que es esta tarta, pero os prometo que es mucho más natural que las que se venden hechas, y como siempre digo, un capricho de vez en cuando no hace mal a nadie...
Además, a pesar de llevar montones de azúcar y grasa, curiosamente, no resulta tan pesada y empalagosa.
Será por las almendras o el fondo de masa, no sé, pero a mí no me lo parece.


Esta receta conlleva varias preparaciones, pero si tenéis picadora, os prometo que se hace en un abrir y cerrar de ojos.
Eso sí, el fondo de la tarta es de masa quebrada, y como su nombre indica, es bastante quebradiza y cuesta manipularla. Os lo digo para que lo sepáis de entrada y no os desaniméis, porque podríais querer preparar otra masa para el fondo, pero os digo ya que no quedaría igual. Vale la pena usar ésta, el sabor y la textura una vez cocida son excepcionales y bien merecen el esfuerzo.

Si os da pereza encender el horno, ya contra eso no tengo ningún argumento, salvo que podéis preparar la tarta en otro momento del año, teniendo la mermelada casera hecha del verano.
Es más, yo la habría preparado en otoño de no ser porque quería darla a probar a unos amigos que estaba de paso en Madrid.

Y bueno, pues voló...
La compartimos pero costó desprendernos de ella, ¡jaja!


Así que espero que os animéis y la preparéis, porque os va a encantar...

Ingredientes:
Para el fondo de masa quebrada:
250 g de harina de trigo
125 g de mantequilla sin sal
100 g de azúcar
1 huevo

Para el relleno de frangipane (os sobrará la mitad, que usaremos en la próxima receta):
200 g de mantequilla a temperatura ambiente
200 g de azúcar glace
200 g de almendras molidas (yo las compro tostadas y las muelo en la picadora)
3 huevos
40 ml de ron blanco

Para el relleno y la cobertura:
3-4 c.soperas de mermelada de albaricoques
4 c.soperas generosas de azúcar glace
agua

Receta:
Primero, empezaremos por el fondo de masa quebrada.
Pon todos los ingredientes en la picadora y muele hasta integrar perfectamente (se puede amasar a mano, pero me gusta más en la picadora, así evito amasar demasiado).
Forma una bola, envuélvela en film y deja reposar entre 30 minutos y 1h en el frigorífico.

Mientras tanto, prepara la frangipane.
Para ello, haz lo mismo, pon todos los ingredientes del relleno de frangipane en la picadora y muele hasta formar una crema.
Pasa a una fuente, tapa con film en contacto y reserva en el frigorífico.

Pasada la 1/2-1h de reposo del fondo de masa quebrada, sácala del frigorífico y pon el horno a precalentar a 180ºC.
Extiéndela entre dos hojas de film o de papel de horno, tratando de tener un grosor de unos 5 mm.
Es importante intentar sacar más o menos la forma del molde al extender porque es una masa difícil de trabajar. Al ser una masa quebrada, como su nombre indica, es muy quebradiza y difícil de extender sin que se rompa. No pasa nada si tienes que rellenar grietas con recortes de masa a medida que la extiendes.
Para pasarla más facilmente al molde, usa la hoja inferior de film o papel de horno en la que la has extendido para moverla y volcarla en el molde. Si se rompe un poco, que no cunda el pánico, rellena las grietas con recortes de masa y alisa con los dedos, intentando conservar un grosor de unos 5 mm.
Recorta en el filo y pincha el fondo de la masa con un tenedor.
No tires las sobras de masa, se usarán para decorar.

Cubre el fondo con una fina capa de mermelada de albaricoques. Extiéndela bien, tiene que quedar fina.
Vierte la crema de almendras sobre la mermelada, hasta llegar casi al filo (lo que te sobre de crema, que será como la mitad, pásala a una manga pastelera y congélala, la usaremos en la próxima receta...).

Con las sobras de masa quebrada, forma tiras largas y finas y disponlas en cruce sobre la tarta para decorar.
Hornea a 180ºC durante 1/2h.
Sácala del horno y déjala enfriar completamente.
Cuando esté fría, prepara la glasa con el azúcar glace y 1 o 2 c.café de agua (puede que necesites más o menos agua, tiene que quedar con una textura parecida a la miel).
Vierte la glasa por el centro de la tarta y deja que solidifique.

Ya está lista, sólo queda comérosla, con un café solo, que es como a mí me gusta.


En esta tartera alargada de Ibili de fondo extraíble queda perfecta, me resulta ideal para tartas de este tipo, y las porciones triangulares quedan muy bien de tamaño.
Como veis, el relleno salió marrón porque dejé las pieles de las almendras tostadas, pero las de la marca Lotus son blancas por dentro, me imagino que por usar las almendras peladas.

No es la receta de la marca, que será secreta, pero esta versión me ha encantado y ¡pienso repetir!


Aquí veis perfectamente las capitas, la masa, la mermelada, la crema de almendras y la glasa, 
¡una perdición!


No os lo digo más, ¡probadla!

Y congelad la frangipane sobrante, que la próxima receta será otra cosita dulce, rica, y con algún ingrediente que me encaaaanta y que se puede encontrar ahora (aunque no muy fácilmente en España...).

¡Besos a tod@s y buena semana!








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